Mi frase




MI Frase
"Cuando la vista se cruza con el deseo, haz que impere la razón".
(José A. Puig)





miércoles, 14 de mayo de 2014

SOCIEDAD DESVINCULADA



Ayer (13 de mayo del 2014) en toda la prensa española se leía la notica de la muerte por asesinato cruel y vengativo de la presidenta de la Diputación de León. Gran parte de los españoles quedaban impresionados por la sangre fría con la que una madre y su hija quitaban la vida de Isabel Carrasco.
A esto, se unió una cobarde chusma antisistema que adueñándose de las redes sociales justificaban, cuando no celebraban, el brutal atentado.
Muchos han sido los columnista de los diarios impresos que han comentado ese linchamiento online de la fallecida y esa exaltación del crimen. Cuestionando ese tipo de libertad de expresión que hace apología del asesinato.
Odio, demagogia, inquina, cobardía y demás calificativos que ponen sobre la mesa la actitud del ser humano ante hechos rechazables que no quiere ver. Vivimos en una sociedad que rechaza la ética y que, incluso, suele ser mirada con cierto desprecio burlón. Se la considera contraproducente, demasiado humana, y se la siente como una amenaza, pues condena la manipulación y la degradación de la persona.
Hechos como este abren los ojos y las mentes a la gente que se despierta, como si hubieran vivido en la inopia, y descubre que todo aquello adorado e idolatrado ya no es tan bueno. Vuelven entonces su mirada a otros, como si aquello que ahora repudian no fuera con ellos, y descubren que no hay otros, que somos todos culpables.
Josep Miró en su libro “La Sociedad Desvinculada” cuestiona abiertamente a la sociedad actual. Su tesis se centra en analizar como vivimos en una sociedad desvinculada, basada en una cultura donde la realización personal y la autenticidad solo se logran mediante la satisfacción del deseo, de su estímulo, que como tal y en la práctica se traduce en la importancia decisiva del dinero y el sexo.
La satisfacción del deseo, impulsado por la subjetividad sin limites, es el híper bien al que todo compromiso personal, religión, tradición o norma de derecho debe supeditarse. En una sociedad desvinculada el vínculo personal, religioso, comunitario o social sólo vincula mientras contribuya a satisfacer “mi” deseo, “mis” preferencias.
Una sociedad donde el bien es “aquello que me gusta” es una sociedad individualista, aprovechada, sin valores y sin miedos. Una sociedad que se emancipa del bien común y solo atiende sus deseos personales. Una sociedad ingobernable, donde el Estado se ve incapaz de atender las necesidades reales de la sociedad, incapaz de mejorar debido a que una gran parte de sus energías se aplican a contener los innumerables conflictos de las preferencias de deseo individual.
Nuestra situación actual es un mal consentido por la sociedad. Así como el bien tiende a comunicarse, el mal consentido, que es la injusticia, tiende a expandir su potencia dañina y a socavar silenciosamente las bases de cualquier sistema político y social por más sólido que parezca.

José Antonio Puig Camps (Doctor Ingeniero y Sociólogo) AGEA Valencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario