Thomas Robert MALTHUS (1766-1834), clérigo anglicano y uno
de los primeros demógrafos con gran influencia en la economía política, en su
“Ensayo sobre el principio de la población”, exponía una serie de propuesta para evitar el crecimiento geométrico de la
población frente al crecimiento aritmético de los alimentos. Para él la
superpoblación era la causa de la pobreza y de la miseria humana. Sin embargo
no fue capaz, en sus tres ediciones de su ensayo, justificar sus propuestas.
Malthus se hizo muy influyente y controvertido, en el
pensamiento económico, político, social y científico. Su influencia se puso de
manifiesto en los biólogos evolucionistas, en particular en Charles DARWIN y
Alfred R. WALLACE, para quienes el malthusianismo era una especie de trampolín
intelectual a la idea de selección natural y a la teoría de la evolución.
Malthus sigue siendo un escritor de gran importancia y
controversia, su teoría es un tema recurrente en las ciencias sociales. Autores
como el economista británico John M. KEYNES o
el entomólogo estadounidense Paul R. EHRLICH, han acudido a el para
establecer sus teorías sobre la inestabilidad económica en Europa a causa de la
presión demográfica, en el primero, y sobre la necesidad de investigación y
desarrollo de los métodos anticonceptivos, en el segundo.
Las postulaciones malthusianas y neomalthusiana
tuvieron una respuesta en los análisis de Marx y en los trabajos posteriores de
las ciencias sociales que utilizan igual metodología. Ya en 1845 se encuentran
en su trabajo, la "Ideología Alemana", las primeras referencias al
papel de la población en el proceso histórico, del cual la considera uno de los
factores condicionantes.
Pero a pesar de la importancia que le asigna a la población,
a diferencia de Malthus, Marx sostiene que no puede existir una ley demográfica
universal sino que a cada forma de producción le corresponde una ley de
población particular; dedicó, sin embargo, especial atención al problema bajo
la forma de producción capitalista, investigando el concepto del "ejército
de reserva del trabajo", "superpoblación relativa" o
"población excedente relativa".
Estas ideas de la superpoblación marxianas y malthusianas,
han sido actualmente puesta en evidencia por varios científicos y profesionales
en materia demográfica. Así, la economista Jacqueline R. KASUN, autora de “La Guerra contra la población; la economía y
la ideología del Control de la Población Mundial”, y el controvertido Michael FUMENTO
con su artículo “The
Myth of too many” (El mito de que somos demasiados), echan por tierra el concepto de
sobrepoblación, introducido en 1968 por Paul EHRLICH en su
libro “The Population Bomb”, al desenmascarar los mitos de la sobrepoblación.
Los mitos más utilizados, por el lobby de control de
población, están relacionados con las de un mundo superpoblado, el calentamiento
global, la desaparición de los bosques, la amenaza de alimentos o las guerras,
entre otros. Pero estos mitos, uno tras otros, son desmontados en un fantástico informe de la Dra. KASUN, donde menciona
“los 10 grandes mitos sobre una de las grandes mentiras a la humanidad: la
superpoblación”.
Así
mismo, el periodista M. FUMENTO en su artículo “El mito de que somos demasiados”
indica que el slogan “Demasiada gente, demasiada poca comida”, es
lo que el lobby de control de la natalidad dice cuando se les presiona por el
aborto.
Que no se nos mienta. El problema está causado por una injusta
y equitativa distribución de los recursos, por vivir en una sociedad extremadamente
consumista y por qué tenemos una actitud depredadora ante los recursos de la
tierra. Pero no existen problemásde falta de comida (ver informes de la FAO), ni
de falta de recursos o falta de espacio, como nos han querido vender las tesis
oficiales. El problema tampoco es por las tasas de natalidad (que cada vez son más
bajas).
La tesis oficial, de “acusar
a la víctima”, consiste básicamente en hacernos creer que la razón principal del rápido empeoramiento actual de
las crisis en la salud, la malnutrición, el subdesarrollo, la ecología y el
medio ambiente es que hay demasiada gente en el planeta. Pero la realidad es
otra muy distinta: la del lucro de corporaciones empresariales a favor del
control descarado de natalidad, púdicamente llamado “planificación familiar”.
José Antonio Puig Camps. AGEA Valencia
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