Mi frase




MI Frase
"Cuando la vista se cruza con el deseo, haz que impere la razón".
(José A. Puig)





viernes, 5 de junio de 2015

DE LA CENA...A LA MERIENDA



Advertido por la diosa Circe de lo peligroso que era el canto de las Sirenas, Ulises ordenó tapar con cera los oídos de sus remeros y se hizo atar al mástil del navío. Si por el hechizo musical pedía que lo liberasen, debían apretar aún más fuerte sus ataduras. Gracias a esta estratagema Ulises fue el único ser humano que oyó el canto y sobrevivió a las sirenas, que devoraban a los infaustos que se dejaban seducir.
El mito de Ulises, descrito por Homero en la Odisea, me viene a la mente (¿por qué será?) al ver y escuchar una entrevista de TV5 a la pareja sentimental de P. F. Iglesias. Ese advenimiento mental fue parejo con mi visión de contertulios, periodistas todos, que con caritas embobadas absorbían las chorradas que decía, la tal Tania, en defensa de su imputación que le hace, por posible prevaricación, malversación y tráfico de influencias por el caso Aúpa, un juzgado de Arganda del Rey. 
La presencia de la tal Tania, pareja sentimental del tal P. F. Iglesia, en el plató de TV, mantenía obnubilados a todos los presentes. Al ver esa imagen, tan moralmente ofensiva para mí, me dije ¿será acaso esta señora la sirena que nos cita Homero en su Odisea? ¿Será verdad que al escuchar a estos “emergentes” de la política los españoles nos quedamos presos del hechizo musical de sus palabras e “ideas”? y… ¿Seré yo el único que llevo esos tapones de cera que Ulises se puso para no ser atraídos por esa nueva “tropa”? Si así fuera, pensé, o estoy ya gagá o tengo el remedio para no aceptar lo inaceptable: adquirir la cera de la razón, la prudencia o la cordura y llevarla siempre conmigo. Así, se podrá ver y escuchar los programas televisivos de analistas políticos y politólogos que, cual luciérnaga en la noche, se quedan pasmados  por la luz de estos nuevos intelectuales.
A la vista de los últimos acontecimientos políticos, como consecuencia de los resultados electorales del pasado Mayo, uno se da cuenta del infantilismo emocional que impera en la clase política española, digo española porque no percibo la no española. Los líderes de la izquierda aseguran, un día sí y otro también, que los resultados electorales es un “claro ejemplo” de que los españoles quieren un cambio de izquierdas. Ante este panorama o neorama, ellos, la izquierda, se ponen gallitos y van cacareando a diestro y siniestro que no quieren saber nada de la derecha, que ahora resulta ser solo el PP.
La izquierda, da lo mismo quien la escenifique o represente, hoy dice blanco y al ratito negro, sin importarle que no haya pasado del blanco al negro, o viceversa, ni veinticuatro horas. El tal  Pablo pone a “parir” al tal Pedro, y el tal Pedro pone cara de búho alelado que mira a todas partes para que, en ese arte de la escenificación donde la izquierda tiene el doctorado, se piense que no ha oído sus descalificaciones. Todo es válido con tal de tomar “la poltrona”.  Estos dos personajes me recuerdan los dibujos animados de Los Picapiedra, con las complejas relaciones entre ellos pero con una clara necesidad para sobrevivir, en ese caso, políticamente.
El aspecto percibido esta mañana, de la opinión publicada, me ha sido un poco más grata y coherente que otros días, pues en la tertulia política de A3 los periodistas mostraban su cansancio hacia estos  dos personajes (Pedrito y Pablito) e incluso del tercero en discordia, el tal Rivera, ante la ambivalencia que están mostrando en sus manifestaciones. Que vayan con cuidado, pensé yo, estos alternos de la política, no sea cosa que sus cenas protocolarias, para acercar posturas, se transforme en una merienda de negros.

José Antonio Puig Camps. AGEA Valencia (Dr. Ingeniero y Sociólogo)
Twitter: @JapuigJose

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