Muchos españoles empezamos a vislumbrar en que consiste la
“nueva política” en España. Tras las elecciones del 20D el pueblo español ha
manifestado que ya no quiere mayorías absolutas. La reflexión para formar un
nuevo gobierno, ante esta situación, pasa por pactos entre los partidos. Esto
que parece tan fácil en Europa, donde los partidos de izquierda y derecha
pueden pactar, en España se observa que es imposible. El resultado electoral ha
mostrado un nuevo panorama político, cuya novedad es que por primera vez un
gobierno necesita el concurso de, al menos, dos partidos de ámbito nacional. Si
todas las combinaciones del llamado gobierno del cambio pasan por el PSOE,
todas resultan ser imposibles por un juego de vetos cruzados.
Dos nuevos partidos, con peso de votos y escaños, irrumpen
en la política española: Ciudadanos (C´s) y Podemos (P´s). El primero se ha
alimentado de UPyD y del voto joven, del PP y PSOE; el segundo lo ha hecho del
nuevo voto, IU y PSOE. Por otra parte los nacionalistas, separatistas y
comunistas, muestran una predisposición común a unir sus votos a quien le
permita: un asiento seguro en el reparto de cargos del nuevo gobierno o apoyen
sus derivas independentistas. Los buenos ojeadores atisban que, de todos los
partidos con fuerza de escaños, el que mejor les viene sin lugar a dudas, es el
PSOE, y a él le dirigen su comunicación no verbal y, éste, los recoge con indicios,
gestos y signos de su aceptación.
Sin querer, o queriendo, el Sr. Rajoy allanó a los
socialistas el campo para poner en practica esa nueva política de cambio que,
como siempre, consiste en moverlo todo para no cambiar nada. Lo primero que
tuvo que hacer el Sr. Sánchez es aceptar el envite monárquico de formar
gobierno y, una vez esto, encontrar a alguien que le facilitara la aritmética
parlamentaria, es decir, un bloque que, al menos, tuviera más votos que los
alcanzados por el PP (123), y lo encuentra con C´s (40). Así las cosas, y con
los 130 escaños, había que manifestar a bombo y platillo su gran acuerdo. El
siguiente acto, de este teatrillo socialista, es mostrar al pueblo español su
talante negociador y presenta junto a ciudadanos su “documento”, unas medidas
que, sin haber contado con ningún otro partido, deben ser acatadas cómo tabla
de la ley para futuras negociaciones.
Llegada la envestidura, el parlamento tumba su “documento”
tanto en primera cómo en segunda vuelta. Y es, a partir de entonces, cuando el Sr.
Sánchez deja de ser candidato, cuestión que aún no ha asumido. El rey Felipe VI,
ante la negativa parlamentaria a la envestidura, no asigna nuevo candidato y
deja pasar un tiempo de reflexión antes de decidirlo. A pesar de todo esto, C´s
y PSOE, siguen intentando formar un gobierno pero con dos condiciones: que el
presidente sea Sánchez y que se acepte el “documento”. Esto es difícil de admitir
por parte del partido popular que, siendo el partido más votado, tiene que
dejar el sillón al perdedor.
El teatrillo del Sr. Sánchez abre su enésimo acto con una
reunión a tres partidos: Psoe, C´s y P´s, con el objetivo de iniciar las
negociaciones que concluyan en un acuerdo para la constitución de un nuevo
gobierno. En palabras del Sr. Hernando, portavoz socialista para estos
menesteres, una reunión donde nadie piensa levantarse hasta que no haya
acuerdo. Tan solo dos horas fueron suficientes para que los podemitas se
levantaran y tiraran la toalla del pacto. La quiebra ya no se oculta. Tras la
reunión quedó claro que será casi imposible que socialistas y podemitas
acerquen posturas para, junto a Ciudadanos, llegar a un acuerdo que haga al
socialista Pedro Sánchez presidente del Gobierno.
A raíz de esta situación, el portavoz del Grupo Popular
volvió a repetir que el presidente del Gobierno en funciones volverá a llamar a
Sánchez cuando acceda a responder, cuando admita el diálogo sobre su propuesta
de gran coalición. Es un requisito que todavía no se cumple, porque el equipo
negociador de los socialistas insistió en mostrarse esperanzado en sacar
adelante su plan del trio de gobierno, aunque los otros dos implicados,
Ciudadanos y Podemos, se nieguen a entrar en la operación y reclamen
exclusividad en la relación.
Al teatrillo de Sánchez solo le queda el epílogo. Cómo no
soy adivino no me atrevo a relatarlo, pero si diré que ante esta situación solo
queda pactar con el PP o volver a las elecciones, unas elecciones que tendrían
el significado de una segunda vuelta o balotaje. Si bien es cierto, según indican
los sondeos, que no servirá para despejar el panorama político actual, sí que
permitirá a los votantes, a la vista de lo que cada partido ha mostrado en este
impasse desde el 20D, a quien está votando, además, obligara a los partidos a
la gran coalición. Alguno de Vds., dirá
que al Sr. Sánchez aún le queda una tercera situación, la de pactar con
Podemos, comunistas, nacionalistas y separatistas, pero esto ya no sería un
epílogo sino el prólogo del fin del socialismo español.
José Antonio Puig Camps. AGEA
Valencia (Dr. Ingeniero y Sociólogo)
http://josantoniopuig44.blogspot.com.es/
Twitter: @JapuigJose
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